Las restricciones en la financiación regulada ha empujado el desarrollo de una banca en la sombra fuera del alcance de las autoridades monetarias. En China, la montaña de financiación alternativa tiene un tamaño “30 trillion” de yuanes, que traducido al español supone 30.000.000.000.000 yuanes o, en forma resumida, 30 billones de yuanes (la mitad del pib chino, cuatro veces el pib español o un tercio del pib europeo).
Tras 11 meses de caída, la financiación alternativa mostró una leve recuperación. La bolsa china lo celebró con alzas.
Está claro que las autoridades chinas tienen un gran dilema: Existe una bomba de relojería en el sistema financiero chino si esta financiación sigue creciendo de forma descontrolada, pero su control conduce a un ajuste duro que lleva a una desaceleración pronunciada de la economía.