Hace un par de días comentábamos la posibilidad de que la inflación se hubiera mantenido constante en febrero pasado en EEUU y, sobre ese supuesto, elaborábamos la tesis de que los tipos de interés nominales a diez años del dólar tendrían que bajar en los próxims meses. Todo ello basado en un supuesto más: que los tipos reales descencieran desde el elevado nivel en que habían estado en enero hasta la proximidad de 0%, proximidad que situábamos en 0,25%.
Pues bien, en la tarde de anteayer se conoció que el IPC general de febrero había bajado ligeramente en tasa anual, hasta 1,5% (desde el 1,6% de enero) con lo que, manteniendo el resto de la argumentación de hace dos días igual, el margen de bajada que tendría el tipo de interés nominal de la deuda pública de EEUU a diez años sería hasta un punto situado dentro del intervalo 2,10%-2,30%, incluso con una inflación que subiera hasta el 2%-2,20%.
Con ese 1,5% anual del IPC de febrero, el tipo real se situó el día 15 de ese mes en 1,12%, algo por debajo, pues, del 1,15% de enero (el tipo nominal cerró aquél día en 2,62%).
Es curioso pero ayer estaba de nuevo en 2,62%. Se ve, pues que, en lo que va de año, ni el tipo a 10 años ni los datos de inflación han tenido oscilaciones llamativas.
En el gráfico inferior se ve que la Reserva Federal ha conseguido prácticamente su objetivo se situar la inflación subyacente, medida por el deflactor del consumo privado, en el 2% (está en el 1,9%). La subyacente del IPC está en 2,1% en tasa anual, mientras que el IPC general se ha ido, como se ha comentado ya, al 1,5%.
¿Tenderán los tipos nominales hacia el intervalo mencionado más arriba? Lo más probable es que sí, y que ni siquiera los temores a un exceso de deuda de EEUU en los mercados los detenga. De hecho, alguna de las subastas de deuda pública USA de anteayer tuvo de nuevo una fuerte demanda de inversores extranjeros que parecía que últimamente abandonaban su interés por ella. Con el bono alemán rindiendo un 0,07% y el de EEUU un 2,62%, en una economía global que se descelera, no es fácil que el atractivo de la deuda pública USA decaiga en los próximos meses.