Renta real, crecimiento y tipos de interés son los principales factores en la determinación del tipo de cambio entre el euro y el dólar, pero existen otros muchos. La participación de los países emergentes en el sistema financiero internacional es cada vez más relevante para fijar la paridad de las monedas consideradas reserva internacional. Esto podría explicar cómo en un entorno de subida de tipos en Esrados Unidos y mantenimiento de políticas monetarias ultraexpansivas en Europa la relación no sea la esperada con un movimiento de apreciación del dólar o depreciación del euro. Todo lo contrario, el euro se ha apreciado durante el último año un 10%.
En enero de 2018, hemos llegado al nivel de 1,23 que podría obligar a iniciar coberturas. En el gráfico se observa un canal principal que, si fuera superado, podría impulsar la cotización a niveles de 1,30. Habrá que estar atentos.