“El talento alcanza las cimas a las que los demás no pueden llegar. El genio alcanza las que los demás ni siquiera pueden ver “

                    Arthur Schopenhauer (1788-1860)

 

Hay que empezar por mirar el gráfico de más abajo. En él se compara la evolución de un índice de la Bolsa de EEUU, el S&P 500, en dos períodos diferentes, ambos de 23 años de duración: 1966-1989, en la parte superior del gráfico, y 2000-2023, en la parte inferior. Las bandas grises verticales representan las recesiones.

En la parte inferior aparecen señalados con sendos círculos dos momentos de enorme susto para el crecimiento de la economía global. En el primero de ellos (empezando por la izquierda) Europa y Japón tuvieron una recesión económica y EEUU rozó el crecimiento cero e, incluso, se contrajo en algunos trimestres, sin que llegara a declararse “oficialmente” una recesión. China, por su parte, remató en el tercer trimestre de 2012 su desaceleración desde un ritmo de crecimiento anual del 13,6% en 2010 a un 7,5%.

En el segundo círculo (años 2015-2016) el susto fue de enormes proporciones en los mercados de valores, de materias primas (el petróleo cayó a 27 dólares el barril, un 82% de caída desde su nivel máximo de 2008) y de cambio de divisas, aunque la inestabilidad repercutió de manera muy moderada en el crecimiento (el peor momento de la economía de EEUU fue el último trimestre de 2015 y el primero de 2016 en los que el crecimiento del PIB bajó a 0,13% trimestral, sin anualizar). Pero, salvo certificación muy atrasada en contrario por parte del NBER (el organismo privado que certifica el inicio y final de las recesiones allí) de la recesión 2016-2017 aparentemente no ha habido ni rastro. ¿Ni rastro? No tan deprisa. Las dos recesiones fallidas de EEUU han dejado un claro rastro en la evolución del índice S&P 500, tal y como se puede apreciar en los puntos señalados con los círculos ya mencionados para la parte inferior del gráfico.

¿En qué consistieron esas huellas? En 2011 el S&P 500 cayó un 20% y le costó que pasaran casi 12 meses para recuperar el nivel anterior a la caída, y en 2015-2016 el S&P 500 pasó casi dos años en un movimiento lateral de total indecisión que remató con dos fuertes caídas o correcciones del 13% en dos momentos consecutivos, agosto de 2015 y enero de 2016. En el segundo de ellos, se tambaleaba el Deutsche Bank, amenazando con desestabilizar el sistema financiero mundial, las autoridades económicas chinas parecían no saber lo que hacían y aparentaba venir el Diluvio Universal otra vez. En total, al S&P 500 le costó un año y medio superar su nivel máximo de marzo de 2015.

Por su parte China siguió desacelerándose hasta los niveles de 6,7% de 2016, mientras el PIB de la Eurozona reducía su crecimiento trimestral a la mitad en sendos trimestres de 2015 y 2016. Las Bolsas de Asia y Europa también acompañaron el movimiento con fuertes caídas.

Este relato ilustra y, a la vez, contradice la conocida ironía de Paul Samuelson de que “las Bolsas han anunciado nueve de las últimas seis recesiones” pues, si bien se puede simpatizar con el ingenioso adagio de Samuelson, lo dicho anteriormente muestra que, aunque hay recesiones que no se presentan a la cita, al menos, gracias al comportamiento de las Bolsas, podemos saber que sí que estuvieron en camino. Las posibles razones que “les hicieran arrepentirse y dar un plantón” nunca serán lo bastante convincentes como para que merezca la pena adentrase en ellas. Es lo malo de no poder repetir los acontecimientos del pasado cambiándoles alguna de sus condiciones iniciales…

Mañana veremos lo que todo esto (junto con lo comentado en el número de la Newsletter del 5 de mayo pasado) tiene de indiciario para el comportamiento de economías y Bolsas en los próximos meses y años.

Disclaimer/Descargo de responsabilidad

Este es un comentario sobre la economía y los mercados y no da recomendaciones ni de compra ni de venta de ningún tipo de activo. Información y opinión, pero no asesoramiento ni recomendación. Cada inversor debe realizar su propio análisis y/o contratar con terceros el asesoramiento financiero profesional que crea conveniente.