Ya se sabía. Era evidente.

La sorpresa es ver cómo las autoridades políticas y económicas han minusvalorado los efectos de una decada de política monetaria y política fiscal mega-ultra-expansiva. Se adoptó la Teoría Monetaria Moderna como teoría base para justificar la compra masiva de deuda soberana y deuda privada de gran empresa.

Tanto dinero regalado sin condicionalidad estructural genera tensiones de demanda que acaban en un alza continuo de los precios y en una burbuja generalizada en el valor de todos los activos mobiliarios e inmobiliarios. ¡Todo es burbuja!

Si además arrastras desde hace tiempo problemas estructurales en el lado de la producción, el desequilibrio entre la demanda y oferta es tal que cualquier chispazo basta para desencadenar un tsunami económico.

Ahora, ya metidos en el mar y con la orca gigante acercándose, J. Powell, J. Yellen y C. Lagardère reconocen en público errores en la percepción de los efectos de sus políticas. La temporalidad inicial se ha convertido en un efecto permanente y la reversión de sus políticas se ha corformado en el mayor desafío a superar por las economías occidentales.