“¡Pero eso es escandaloso! ¡suena a regeneración!”              

      Gran Duquesa Swana, en Ninotchka (1939) 

Entre las muchas cosas interesantes que sucedieron el martes en los mercados una de las más destacables fue el estrechamiento del diferencial entre la rentabilidad de la deuda pública de EEUU y la de Alemania para el plazo de diez años: bajó de 259 a 249 puntos.

La evolución de ese diferencial es usado, entre otros indicadores, por los operadores en los mercados de divisas para intentar adivinar cual será la futura cotización del euro frente al dólar, aunque, como se ha repetido en varias ocasiones aquí, a veces funciona muy bien y otras no funciona en absoluto.

En el último año y medio ha habido bonitos contraejemplos que lo ilustran. Así, si se mira el gráfico inferior, se puede apreciar que durante el primer semestre de 2017 una caída del diferencial (es decir, una reducción del plus de rentabilidad que proporciona la deuda de EEUU sobre la de Alemania, representado por la línea azul) iba acompañado de una apreciación del euro (la línea de color teja es ascendente).

En ambos casos, diferencial y deuda, la evolución está representada como porcentajes en cada fecha sobre sus respectivos valores al inicio del período contemplado.

Después, en el segundo semestre de 2017 y el mes de enero de 2018, la situación cambia: la línea azul empieza a subir, lo que, en la lógica que suele aplicarse mayoritariamente, debería haber hecho que la línea de color teja empezara a bajar, pero eso no ocurrió: a pesar de que el dólar proporcionaba una rentabilidad cada vez más abultada, el euro seguía revalorizándose.

Más tarde, en el período enero-abril de 2018, el diferencial seguía ampliándose, pero el euro seguía sin caer, aunque empezaba a titubear y tampoco conseguía subir. Finalmente, a partir del pasado 23 de abril, el diferencial llegaba a ser de 234 puntos básicos (un 2,34%) en favor de la rentabilidad del dólar y eso ya resultaba irresistible: la cotización del euro caía diez céntimos frente al dólar a lo largo de las siguientes cinco semanas, mientras el diferencial seguía subiendo.

Hasta anteayer (martes, 29 de mayo) en que ese diferencial, tras llegar el día anterior a los 259 puntos básicos, y en medio de las turbulencias que afectaron a los mercados, se redujo diez puntos básicos de golpe y cerró el día en 249 puntos básicos (a la derecha del gráfico eso se ve muy bien por el bajón que experimenta la línea azul). Al día siguiente (es decir, ayer) el euro recuperó algo más de un céntimo en su cotización frente al dólar. Hoy el diferencial se mantiene en 248 puntos básicos.

¿Qué es lo que va a pasar ahora? Uno o dos días de mercado no sirven para saber si está esbozándose un cambio de tendencia favorable al euro o no. Pero hay algo que parece haber cambiado: la presión al alza de los tipos de interés en EEUU está cediendo y eso debería ayudar a la recuperación de la cotización del euro. Al menos el argumento del diferencial dejaría de pesar formalmente (es decir, según la manera convencional de razonar estos temas) en contra de él.

Descargo de responsabilidad

Este es un comentario sobre la economía y los mercados y no da recomendaciones ni de compra ni de venta de ningún tipo de activo. Información y opinión, pero no asesoramiento ni recomendación. Cada inversor debe realizar su propio análisis y/o contratar con terceros el asesoramiento financiero profesional que crea conveniente.